¿Por qué una serie que rescata todos los tópicos de los 80 ha tenido éxito? ¿Qué la diferencia de las demás? Super 8 con J.J. Abrahms detrás y la producción de Steven Spielberg, exploraron esta vía con mucho acierto pero lejos de ser un fenómeno de masas. Stranger Things, ambientada en 1983 en el pueblo de Hawkins (Indiana), dio en el clavo gracias a combinar muchos más factores: una cuidada banda sonora, un grupo de jóvenes más amplio y con más profundidad psicológica, referencias constantes (desde un poster hasta la forma de hablar) a la década de los ochenta, una plataforma joven como Netflix, el recuerdo permanente de escenas de Los Goonies’, ‘ET’, ‘Poltergeist’, ‘Pesadilla en Elm Street’, ‘Ojos de fuego’, ‘Cuenta conmigo’, ‘Tiburón’, ‘La cosa’ o ‘Carrie’ y una campaña gratuita de un genio del terror novelado.
Pero, sobre todo, por un grupo de actores que son unos fuera de serie dentro y fuera de la pantalla.